jueves, 1 de septiembre de 2011

Patrimonialismo adaptado a la sociedad Mexicana


Ricardo Cruz Castillo
Miguel López Hernández
Roberto Morales Morales

Patrimonialismo adaptado a la sociedad Mexicana

Dentro de los elementos del patrimonialismo de Max  Webber aplicados en la sociedad mexicana nos damos cuentas de varios puntos:

1. Los puestos públicos no son asignados por capacidad y competencia, sino por lealtad o simpatía al 
soberano, como vemos obviamente en la política mexicana donde hay personas claramente incompetentes para sus puestos pero asignadas por amistad o nepotismo.

2. No hay formación estricta y regulada de los funcionarios, sino que es una asignación llevada a cabo por los intereses de quien posee la autoridad. Por ejemplo en una alcaldía, el presidente asigna a los miembros de su gabinete y equipo de trabajo en las diversas secretarias, llegado al punto en que se crean diversos puestos innecesarios para el desarrollo de la administración pública. La actividad de dichos funcionarios con frecuencia se extiende más allá de lo que está expresamente señalado, el desempeño de los cargos se debería remunerar sobre todo por el usufructo que de ellos se pueda obtener, pero se les paga como si desempeñaran al 100% su labor, cuando a veces desempeñan la mitad de lo que les corresponde, pero percibiendo el sueldo completo.

3.  Se obedece más a la disposición individual del gobernante que a las leyes fijas y establecidas, por mencionar alguna de ellas, la Ley Orgánica de Administración Pública Federal, que es la que establece las bases de la organización publica, por la cual los funcionarios públicos deberían regirse pero hacen caso omiso, llevando a cabo lo que les sea más conveniente o factible.

4. La sociedad se ha acostumbrado a ver a presidentes, gobernadores y alcaldes como los padres del pueblo, así también como las instituciones del sector centra como del sector descentralizado igualmente cayeron en esa premisa. Claro caso el ex presidente José López Portillo y el ex jefe del Departamento de Policía y Tránsito de la Ciudad de México Arturo Durazo Moreno, así la esfera de favores otorgados en la práctica se convirtió en lugar de explotación para la formación de fortunas y enriquecimiento personal. Acto del cual pocos se quejaban porque esperaban formar parte del engranaje de lealtades y premios, lo que se conoce comúnmente como “conseguir un hueso”

Por lo anterior lamentablemente al gobierno de México se le ha calificado como una "Burocracia Patrimonial".

1 comentario: